En 1915, en Provence, cantón de Jura en Suiza, nace
Roger Schutz, hijo de un pastor protestante suizo y de una francesa,
En 1940, apenas consagrado como pastor protestante, Roger hace un viaje en bicicleta por el sur de Francia, en una etapa de ese viaje llega a una pequeña aldea muy cerca del Monasterio de Cluny, situada en la frontera entre la Francia nazí y la otra Francia, la de Vichy, esa aldea se llama
Taizé y con el tiempo ha ido tomando relevancia a nivel internacional y entre religiones.
El Hermano Roger decide instalarse con su hermana en una casa abandonada hasta donde llegaban judíos, refugiados políticos y desertores nazis que eran victimas de la Segunda Guerra Mundial. A todos les daba comida, les brindaba un techo, y les acogía sin tener en cuenta ni su credo ni su nacionalidad. Cada día, el Hermano Roger se iba a rezar al bosque para que los refugiados judíos, agnósticos o atéos no se sintieran incómodos u obligados a acompañarle.
En un inicio, era solo una casa de acogida, pero pronto se fue convirtiendo en algo muy diferente con la llegada de personas que hallaron su vocación y su plenitud como personas en aquella forma de vida y terminada la guerra, los nueve primeros Hermanos de Taizé pronunciaron sus votos en la pequeña iglesia románica del pueblo.
Los padres del hermano Roger, sabiendo que su hijo y su hija se encontraban en una situación de riesgo, pidieron a un amigo de la familia, un oficial francés retirado, que velara por ellos. En el otoño de 1942 les advirtió que habían sido descubiertos y que tenían que partir sin demora. El hermano Roger vivió en Ginebra hasta el final de la guerra y allí comenzó una vida común con los primeros hermanos. Pudieron regresar a Taizé en 1944. En 1945, un joven jurista de la región creó una asociación para encargarse de niños que la guerra había privado de familia. Propuso a los hermanos acoger a algunos de ellos en Taizé, pero una comunidad de hombres no podía recibir niños, así que el hermano Roger pidió a su hermana que regresara a Taizé para ocuparse de los pequeños y ser una madre para ellos. Los domingos, los hermanos recibían también a los prisioneros de guerra alemanes recluidos en un campo cerca de Taizé.
Pero es hasta 1949, cuando Roger decide fundar una orden monástica tan sugerente como poo común. La única fundada por un protestante y que alberga en su seno fieles de los diferentes credos cristianos. Cuando le preguntaban sobre los orígenes de Taizé, el Hermano Roger siempre recordaba a su abuela, una mujer protestante que en los peores días de la I Guerra Mundial iba cada tarde a rezar a una iglesia católica como símbolo de unidad en una Europa dividida por la crueldad de la guerra...
Los Hermanos de Taizé pronto extendieron su forma de vida a comunidades instaladas en lugares castigados por la miseria como los suburbios de Brasil, Senegal y Corea y Juan XXIII —que en su etapa de nuncio en París había visitado Taizé—tuvo el insólito gesto de invitar al protestante Hermano Roger al Concilio Vaticano II. Seis décadas después de su creación, Taizé acoge cada año a miles de personas de todos los credos en busca de una experiencia mística y de una espiritualidad sin fronteras. Por allí han pasado 14 obispos luteranos suecos, patriarcas ortodoxos y hasta tres arzobispos de Canterbury, además de La Madre Teresa de Calcuta, con quién escribió un libro en co-autoria. En 1986 lo hizo Juan Pablo II, amigo del Hermano Roger desde los años sesentas, quien dijo durante su visita a la comunidad: -"Se pasa por Taizé como junto a una fuente. El viajero se detiene, se refresca y continúa su camino"-.
Como anécdota, he de decir que yo también estuve de paso en la Comunidad de Taizé en 1991 durante unos meses. Ahí conocí a grandes amigos que aun conservo de muchas partes del orbe...
Desde 1982 miles de personas se congregan cada año en una ciudad europea —en el año 2007 se celebró en Ginebra, este año será en diciembre en Bruselas...
Tres veces al día, todo se detiene en Taizé: el trabajo, los estudios bíblicos, los coloquios y las diversiones. Las campanas llaman a la oración en la iglesia y centenares, a veces miles, de jóvenes de países muy diversos de todo el mundo, rezan y cantan con los hermanos de la comunidad tres veces al dia. Se lee la Biblia en varias lenguas y en medio de cada oración común, el largo tiempo de silencio es un momento único y personal de encuentro con Dios.
Sí deseas conocer más acerca de Taizé, visita su página web:
www.taize.fr/esEl Hermano Roger hablo en foros internacionales acerca de la importancia de la unidad de los seres humanos y de que terminen las guerras.
El 16 de agosto de 2005, al caer la tarde, en uno de esos momentos de oración, una mujer rumana, a quién no le gustaba la unidad de los cristianos, enferma mental, acabó con su vida asestándole varias puñaladas, ante el asombro de los presentes en la capilla. Roger, al fallecer, tenía 90 años. La comunidad de Taizé sólo ha pedido que recemos por él esta sencilla oración:
"Tú, Cristo de compasión, nos concedes estar en comunión con quienes nos han precedido, y que pueden permanecer muy cerca de nosotros. Ponemos en tus manos a nuestro hermano Roger. Él ya está contemplando lo invisible. Tras él, tú nos preparas para acoger un resplandor de tu claridad."
Dios te dé la gloria, Hermano Roger!!!
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